Alejandro Rojas, Sobre el comentario de Husserl acerca de la Einzelidee de Hume
No diría yo que este sujeto funda la realidad, porque esto sería entonces una metafísica de la
subjetividad. No se encuentra el fenomenólogo con el fundamento de lo dado, sino con la acción
intencional que la acompaña trascendentalmente. Dicho con una exitosa expresión: ego cogito
cogitatum. ¿Qué es el cogitatum? Lo que llega a ser presente (y antes no lo era) en función del acto
intencional. Por eso: presentificación, Vergegenwartigung. Da igual si la realidad es física,
posthistórica, virtual, lítica 5… se hace presente porque hay una intuición. O dicho de otra manera:
tras cada objeto hay un sujeto.
Pensemos por ejemplo la redondez de la tierra. Midamos el calor y el frío en grados. Inventemos un
tren… sea lo que sea lo que pensemos descubriremos detrás de cada objeto pensado, el pensar del
ego cogito. Este sujeto pensante no es un sujeto inerte pensado al modo de una causa suprema, sino
el sujeto vivo que sujeta entre sus manos esa realidad dada…. El sujeto vivo que tiene calor y frío y
mide la temperatura objetivando la vida, el sujeto vivo que tiene prisa y mira el reloj donde objetivó
el tiempo, el sujeto vivo que quiere adelgazar y mira las calorías donde objetivó lo que engorda, el
sujeto vivo que quiere estar sano y deja de fumar en función de un cálculo objetivo por parte de
algún laboratorio de medicina.
El enfrentamiento con Hume está clarísimo. Para Hume todo se reduce a la impresión, y la idea
simple no deja de ser la marca de la misma, en el sentido en el que la huella es efecto de la pisada.
No descubre a ningún sujeto vivo detrás de la idea simple, porque no se interesa por el acto la
intuición de la que es resultado el objeto, sino sólo por el objeto dado en la intuición. El resultado de
la filosofía de Hume es más bien el contrario: no existe el yo, porque no tenemos impresión de él.
El empirismo acaba con la historia, con la vida… con la vida histórica (rememorando a nuestro
Ortega y Gasset). El discípulo más aventajado de Husserl -y a la vez algo “rana”- dio un paso más y
pensó que este mundo de la vida nos iba llevando en volandas, que unas cosas nos iban llevando a
otras, una posibilidad a otra: la necesidad de transportar mercancía a la posibilidad de tren, la
necesidad de ir a rezar a la posibilidad del reloj… y así se interesa por el tiempo y la historia en la
que se encuentra sometida la vida despertando los recelos del maestro. Una historia que cada vez
más va tomando los tintes de aquella Wirklichkeit que acontece en cada determinación y cuya
realidad desborda todo acontecimiento concreto. Lo que en consecuencia acerca a Heidegger cada
vez más a una metafísica de la Historia del Ser, lejos de aquella fenomenología de Husserl.
Como excurso breve, debe decirse que el realismo virtual que defiende Juan A. García en esta
Universidad junto con la teoría del conocimiento que le corresponde constituye un interesante punto
armónico entre la actitud fenomenológica y los logros de la metafísica.
Pero sin desviarnos. ¿Qué tiene todo esto que ver con Diego?
Diego nos va a examinar desde el punto de vista de la vida la postura empirista de Hume. Esto es
una interesante novedad de una ocurrencia magistral. Las mismas ideas empiristas, si la
fenomenología tiene razón, deben estar fundadas en la vida. Si esto se demuestra, no sólo se
confirma la fenomenología ante su enemigo, sino de una forma tal en la que el empirismo mismo
quedaría desacreditado en su crítica a la metafísica al devolver la distinción entre el objeto simple y
su llegar a ser tal objeto ante la mente. Lo curioso, y por lo que este comentario lo consideré
pertinente, es que Diego no persigue este propósito. Desde mi punto de vista hizo algo mucho más
valioso de lo que él mismo perseguía. Y como ni siquiera estoy seguro de que él mismo firmase lo
que considero que es el logro de su trabajo, tras mi intervención breve espero que tome la palabra.