Resumen: el concepto de estabilidad económica desde una doble perspectiva macro y microeconómica nos sirve como instrumento para situar la primera crisis financiera internacional y nacional del siglo XXI.
Claridades. Revista de filosofía
Sumary: the concept of economic stability in two macro and micro perspective serves as a tool for placing the first international and national economic and financial crisis of the twenty-first century.
teoría de ciclos, estabilidad financiera, factores explicativos, evolución de las crisis
theory of cycles, financial stability, explanatory factors, evolution of the crisis
El concepto de crisis, que constituye la piedra angular de este Simposio, tiene una larga tradición en el análisis económico. Sin embargo, su definición generalmente aceptada no coincide con las definiciones de la misma en otros campos del conocimiento.
El diccionario de la Real Academia Española ofrece siete acepciones de la palabra crisis; la primera de ellas la define como: “Mutación considerable que acaece en una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el enfermo” y la última como: “Situación dificultosa o complicada”. Estas dos acepciones tienen una cierta relación con su significado en la economía aunque bastante lejana.
El diccionario de María Moliner define la crisis en términos equivalentes a la primera definición de la Academia, pero añade que en economía: “Significa un cambio en la coyuntura económica que siempre refleja una tendencia a empeorar”.
En el ámbito de la filosofía J. Ferrater en su Diccionario de filosofía afirma que: “Suele entenderse por crisis una fase peligrosa de la cual puede resultar algo beneficioso o algo pernicioso para la entidad que lo experimenta. En general, no puede, pues, valorarse a priori una crisis positiva ni negativamente, ya que ofrece por igual posibilidades de bien y de mal.”. Destaca también que: “Una característica común a toda crisis es su carácter súbito y, por lo usual acelerado”.”La crisis no ofrece nunca un aspecto gradual y normal, además parece ser siempre lo contrario de toda permanencia y estabilidad”.
Por último señala que la crisis se puede manifestar a dos niveles: humana o individual e histórica o colectiva.
Teniendo como referencia las definiciones anteriores, podemos aproximar algunas de las características que están presentes en el concepto de crisis en la economía:
- La utilización del término crisis en economía siempre suele tener una consideración negativa. En términos de Ferrater siempre es para mal.
- Puede ser repentina, pero también asentarse paulatinamente.
- La crisis puede ser individual, en economía diríamos microeconómica, o también puede ser colectiva o histórica, en economía macroeconómica.
- En economía el concepto de crisis económica suele identificarse con la crisis macroeconómica; pero también los agentes económicos individuales, una empresa o una unidad de consumo o incluso un sector puede decirse que se encuentra en crisis económica, microeconómica en este caso.
- Las de mayor relevancia por sus efectos y dificultades para superarlas son las macroeconómicas.
En este artículo analizamos las crisis económicas desde una perspectiva macroeconómica, dentro de las teorías de los ciclos económicos y con una visión de largo plazo.
Tomando como referencia los enfoques y las variables explicativas de la dinámica económica a largo plazo, esbozaremos las teorías más relevantes del auge y la decadencia de las naciones, para entroncar las causas del crecimiento y la decadencia con la visión económica de las crisis en el pensamiento clásico de la economía y centrarnos en los ciclos económicos como teoría con la que situar la crisis en el marco general de la dinámica económica de los países.
La aparición de la crisis suele relacionarse en las economías de mercado con la formación de burbujas en los precios de los activos, derivadas de procesos especulativos que pueden conducir a crisis generales de la economía.
Las crisis pueden originarse por factores reales o financieros. En este último caso algunos economistas consideran que el sector monetario o financiero de la economía es esencialmente inestable por lo que los procesos especulativos que se desencadenan en burbujas han acabado, a lo largo de la historia, en crisis financieras, que en muchos casos se generalizaron en crisis económicas de larga duración.
La evidencia que resumimos de algunos casos representativos ponen de manifiesto la relación entre las crisis financieras derivadas de procesos especulativos que generaron crisis económicas y otras que fueron consecuencia de factores reales.
El concepto de estabilidad económica desde una doble perspectiva macro y microeconómica nos sirve como instrumento para situar la primera crisis financiera y económica internacional y nacional del siglo XXI.
II. LAS CRISIS ECONÓMICAS Y LOS CICLOS
En economía, desde una perspectiva agregada, las crisis forman parte de la dinámica de los sistemas económicos a corto y largo plazo. Las teorías de los ciclos económicos ofrecen una interpretación de las mismas formando parte del proceso evolutivo de las naciones a lo largo de los siglos. Estas aproximaciones al análisis de las crisis han surgido en la economía a partir del estudio de los casos concretos de las economías del mundo en los últimos siglos.
a). Las crisis en la dinámica económica a largo plazo
Desde una perspectiva de largo plazo, las economías nacionales han registrado en los países industrializados de economías de mercado una tendencia al alza en sus niveles de producción y renta per cápita en los últimos siglos. Sin embargo esta evolución se ha visto acompañada de fases de crecimiento o expansión y otras de crisis o recesión. Esta dinámica se ha traducido en la práctica en que los países líderes del mundo han dejado de serlo para dejar paso a otros a lo largo del tiempo. Los factores que explican estas tendencias seculares de las naciones son las variables y modelos del crecimiento económico y de los ciclos a largo plazo.
a.1). El auge y la decadencia de las naciones
La historia de la economía se ha ocupado con gran interés de la investigación de las causas del crecimiento a largo plazo de los sistemas económicos así como de los factores explicativos de su decadencia.
Los imperios que han existido en el mundo a lo largo de la historia, han evolucionado en el tiempo siguiendo unas fases, que explicadas por diferentes causas (económicas, militares, sanitarias, morales, religiosas o raciales), provocaron finalmente su colapso y quiebra.
Uno de los ejemplos modelo de estos enfoques históricos es el que se refiere a la crisis y desaparición del Imperio Romano. E. Gibbon en 1776 analizó las causas de la decadencia y caída de Roma, con una visión racionalista y adaptando las ideas de Tácito, atribuyó la desaparición del Imperio a la pérdida de las virtudes cívicas. Con una visión económica L. von Mises atribuyó la crisis y caída de Roma a la intervención estatal en los mercados, regulando los precios; la nacionalización del comercio y la manipulación de la moneda para enriquecer al Estado.
A. Toynbee en su teoría del derrumbe de las sociedades complejas, mantiene que a medida que una sociedad se desarrolla, se hace más compleja y para poder seguir existiendo precisa de un crecimiento permanente.
Desde principios del siglo XIX y hasta finales del siglo XX los países capitalistas desarrollados aumentaron en setenta veces su producción agregada, y su renta por persona se multiplicó por catorce desde 1820 (A. Maddison, 1991). Para éste, una de las fuerzas fundamentales que impulsaron el cambio fue el crecimiento de la productividad total de los factores, que situó como líderes económicos en el período a los Países Bajos, el Reino Unido y los Estados Unidos consecutivamente. Además del crecimiento de la productividad del trabajo, Maddison señala como causas de la posición de liderazgo: las instituciones, los recursos naturales, el cambio demográfico (manifestado en el aumento de la oferta de trabajo), el capital humano, el capital físico, el progreso técnico, los cambios estructurales (modificaciones en la demanda que afectaron a la estructura del output), el comercio internacional, el papel del gobierno y el colonialismo. Estos fueron en su análisis los motores de la dinámica del crecimiento económico de las naciones líderes del mundo en los últimos siglos.
E. Helpman (2007) destaca como factores fundamentales del crecimiento económico de las naciones: la acumulación de capital físico y humano, la innovación tecnológica, el proceso de creación de conocimiento y su incidencia en la productividad, la interdependencia de las tasas de crecimiento de los países y el papel de las instituciones económicas y políticas en el fomento de la acumulación, la innovación y el desarrollo. Para Helpman las instituciones son los elementos decisivos en el crecimiento económico y fundamentalmente la protección de los derechos de propiedad, el funcionamiento del ordenamiento jurídico y los sistemas políticos.
M. Olson (1986) estudia el papel fundamental que juegan las instituciones en el auge y la decadencia de las naciones. Es decir que en el crecimiento económico de las naciones, la aportación de los factores institucionales es crucial; los análisis empíricos realizados ponen de manifiesto que liberalización económica favorece la actividad económica, mientras que la corrupción y la inestabilidad política lo frenan.
En resumen, se considera que las instituciones suponen un factor fundamental en el crecimiento de las naciones y entre estas instituciones la seguridad jurídica, el funcionamiento de la justicia desempeña un papel decisivo.
P. Kennedy (1989), analiza el auge y la caída de las grandes potencias del mundo en los últimos cinco siglos y mantiene que en la evolución histórica a largo plazo existe una conexión evidente entre el auge y la recesión económica de una gran potencia y su crecimiento y declive como poder militar o potencia mundial. Para P. Kennedy una nación mantiene un poder militar en relación con su potencial económico, pero el alto coste de mantener la supremacía militar debilita sus fundamentos económicos.
a.1.2). La crisis económica en la economía clásica
En 1776 A. Smith publica un libro que titula: Una investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, con el se establece la economía como ciencia. Su título significa hoy, en qué consiste y como se logra el crecimiento económico.
Para éste economista, el primero de los clásicos y su más destacado representante, la riqueza de una nación se obtiene de su trabajo, del producto anual del trabajo y la tierra del país, y no del superávit de su balanza comercial (como mantenían los mercantilistas), ni del excedente del sector (agrario como defendían los fisiócratas).
El trabajo se constituye en la fuente de la riqueza de un país y ésta se aumenta con la división del trabajo. A. Smith concede además una gran importancia a las instituciones y a la intervención pública en la economía.
La ampliación del mercado es la clave para la división del trabajo y ésta para el crecimiento económico de la nación. Sin embargo, para A. Smith y los clásicos la economía de una nación, a largo plazo, acabaría situándose siempre en un equilibrio de estado estacionario. Es decir, una vez que todos los recursos económicos estuviesen plenamente empleados, el conjunto de la economía terminaría estancándose, sin posibilidad de seguir creciendo desde esta posición de equilibrio.
Otro gran economista clásico, pero más pesimista, T. Malthus en su libro Primer ensayo sobre la población mantiene que la situación económica de los países mejorará y empeorará, siguiendo las tendencias al aumento o la reducción de la población, relacionadas con su modelo demográfico, según el cual la población crece con un ritmo de progresión geométrica, mientras que la producción de alimentos crece en progresión aritmética. Este desfase provoca que un crecimiento de la población a un ritmo acelerado termine por generar una presión sobre la demanda de alimentos que no podría satisfacerse por la nación y generalizando una situación de crisis en la economía, que provocaría una bajada de los salarios que dada la escasez de alimentos, generaban el hambre que terminaba limitando y reduciendo el crecimiento de la población.
Esta visión pesimista de la economía que justificaba las crisis recurrentes de las naciones, asentó la denominación de la economía como la ciencia lúgubre, término acuñado por T. Carlyle en 1849 y que se extendió por mucho tiempo como denominación definitoria de la orientación de T. Malthus, para el que la situación de equilibrio en la economía solo se lograba por medio de una sucesión de catástrofes.
a.1.3). La teoría de los ciclos económicos
La evolución en el tiempo de la producción y la renta de los países puede explicarse con dos tipos de movimientos. Una tendencia al cambio de la producción real, que durante los dos últimos siglos y en gran parte del tiempo ha sido positiva y que llamamos crecimiento económico. Por otra parte, y compatible con esta evolución temporal al alza, se producen de forma recurrente unos movimientos oscilatorios al alza y a la baja en la producción, la renta y el empleo, que se denominan fluctuaciones cíclicas o ciclos económicos.
La tendencia secular de las economías nacionales de todos los países demuestra que los ciclos económicos son consustanciales a la dinámica económica, ni la regulación de la actividad económica, ni las políticas económicas han conseguido eliminarlos.
La palabra ciclo tiene el sentido de una oscilación entre períodos buenos y malos, entre los que se registra una evolución a través de diferentes fases o etapas del ciclo económico.
La noción de ciclo económico tiene una larga tradición en la historia de la humanidad, encontrándose en el Génesis (39, 41), una de las primeras referencias escrita a los mismos en la interpretación por José de los sueños del Faraón, de las siete vacas gordas y las siete vacas flacas y de las siete espigas gordas y flacas, que José interpretó como siete años de abundancia y siete de escasez en todo el territorio de Egipto, ciclos económicos que para superarlos le ofreció su personal solución.
En un período más reciente de la historia y para los países industrializados, la persistencia del crecimiento económico, en una fase larga de intensa expansión del ciclo económico, se ha mantenido durante un periodo de muchos años, en primer lugar desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial hasta principios de los años setenta y, en segundo lugar, desde los años noventa hasta el séptimo año del siglo XXI. Estos dos largos períodos de expansión económica y muy especialmente con el segundo, llevó a muchos economistas a afirmar que los ciclos económicos y las crisis profundas de la actividad económica en los países industrializados, habían sido superadas por la intervención en estas economías mixtas de mercado (con aproximadamente la mitad de la actividad económica generada por el sector público) de la gestión macroeconómica pública que logró la estabilidad en el crecimiento sostenido a largo plazo.
La teoría de los ciclos quedó en el olvido, así como la posible presencia de ciclos económicos tanto a corto como a largo plazo ya que ante cualquier presencia de inestabilidad el sector público intervenía para superarlo en breve plazo. Esta situación cambió de repente con la crisis económica internacional que estalló en el año 2007.
Existen distintas teorías explicativas del ciclo económico que pueden agruparse en dos grupos fundamentales: Las teorías monetarias del ciclo económico y las teorías del ciclo real.
Para las teorías del ciclo real, las causas del ciclo están relacionadas con factores reales y éstos son en esencia la evolución de la productividad total de los factores (trabajo y capital) y las oleadas de innovaciones realizadas por los empresarios.
En el caso de las innovaciones J. A. Schumpeter, sitúa el cambio técnico como el punto central del crecimiento de las economías industrializadas de mercado y que las innovaciones y sus olas provocan que la economía avance a través de una sucesión de ciclos económicos. Para Schumpeter el progreso técnico con las innovaciones se concretan en: la introducción de nuevos productos, los nuevos métodos de producción, la apertura de nuevos mercados o la nueva organización de una industria.
Desde una perspectiva keynesiana la variación del volumen de inversión a través del multiplicador, por el que los cambios en la inversión generan un aumento en la renta y los aumentos de la renta vuelven a producir una elevación de la inversión, a través del acelerador. La interacción entre el multiplicador y el acelerador acaban provocando un proceso explosivo que puede originar un ciclo económico, es decir, una crisis económica. Este hecho llevó a P. Samuelson a afirmar que “la economía de mercado cabalga a lomos de un tigre”.
En las teorías monetarias del ciclo, las variables monetarias y financieras juegan un papel fundamental en las fluctuaciones cíclicas, estos enfoques consideran que son variables fundamentalmente exógenas entre las que los shocks monetarios debidos a las decisiones de las autoridades públicas acaban provocando la desestabilización de un sector privado estable.
A.- Fases
Los ciclos económicos en su evolución temporal presentan una serie de fases que se repiten en los distintos tipos de ciclos con similares características.
1.- Depresión. Esta situación o fase del ciclo se corresponde con la parte más baja del ciclo económico y se caracteriza por: un volumen de paro elevado, baja nivel de demanda, elevada nivel capacidad productiva no utilizada, beneficios reducidos y malas expectativas sobre el futuro.
2.- Recuperación-Expansión. Cuando se inicia la recuperación se ha recuperado el punto de inflexión más bajo.
3.- Auge.- Corresponde a la parte más elevada del ciclo y a la zona entre una expansión y una recesión.
4.- Crisis-Recesión.- El auge termina en el punto superior de inflexión. A partir de este punto, la economía inicia una desaceleración y tras ella la crisis, que si se mantiene en el tiempo con tasas de variación negativas de las variables macroeconómicas básicas durante dos trimestres continuados, se transforma en recesión y tras ella la depresión.
B.- Tipología
Existe una variada tipología de ciclos económicos obtenida a partir de estudios empíricos por distintos investigadores y con datos de múltiples países en los últimos siglos. Los más estudiados en el análisis histórico de la economía.
1.- Ciclos cortos ( de Kitchin). Con una duración en promedio de 40 meses, es decir, algo más de 3 años.
2.- Ciclos medios (de Juglar). Con una duración en promedio de 8 años.
3.- Ciclos largos (de Kondratieff). Cuya duración promedio es de 54 años.
C.- Evolución de las crisis
De los análisis empíricos de los ciclos económicos y la velocidad con la que se producen cada una de sus fases, ha llevado a formular distintas posibilidades de superación de las fases negativas del ciclo, desde la crisis a la recesión y de ésta a la depresión.
Las diferentes alternativas de superación de las fases de crisis son:
La forma de V en la que la economía llega a la depresión rápidamente y se recupera de la misma forma hasta llegar a la expansión.
La forma de U en la que la fase de depresión es más prolongada en el tiempo, aunque de menor intensidad que en el caso anterior.
La forma de W en la que las recuperaciones y recaídas en depresiones reiteradas y encadenadas en varios años.
La forma de L, en la que se produce una caída intensa y rápida de la actividad económica, que mantiene la depresión durante un largo período de estancamiento. Un ejemplo de esta situación lo fue el caso de España entre 1975 y 1983.
III. LAS BURBUJAS Y LAS CRISIS ECONÓMICAS
Los períodos o fases de crisis económica dentro de un ciclo, en los sistemas económicos de las naciones con economías de mercado, pueden presentarse de forma repentina como consecuencia de la explosión de una burbuja que podría haber conducido a una economía desde su fase de expansión a la de auge y de esta a la crisis.
Una burbuja se produce cuando se registran en los mercados variaciones excesivas en la valoración de los activos y provoca una alteración de los estímulos y recompensas en los que se fundamenta la economía de mercado.
a). Las burbujas y la inestabilidad financiera
Para C. P. Kindleberger (1987, p. 281), una burbuja consiste en: “Un fuerte incremento del precio de un activo o de una gama de activos en un proceso continuo, en el cual el impulso inicial genera expectativas de incrementos posteriores, atrayendo nuevos compradores, (generalmente especuladores interesados en comerciar con el activo más que por su capacidad de generar beneficios).
El alza es normalmente seguida por un cambio de expectativas y un agudo declive de los precios que a menudo finaliza en una crisis financiera”.
El alza en la valoración de los activos tiene efectos positivos para la economía. Afecta positivamente al consumo, a la inversión y crea un entorno favorable en la actividad económica.
Las autoridades económicas, en general, consideran positivo los procesos alcistas en las valoraciones de los precios de los activos porque, en primer lugar, es difícil distinguir si el proceso alcista responde a los fundamentos de la economía o a excesos especulativos generados por la propia dinámica de los mercados, y en segundo lugar, porque las subidas en el tiempo de las cotizaciones no tienen por qué provocar siempre una crisis financiera.
H. P. Minsky establece la hipótesis de la inestabilidad financiera como una teoría que trata de explicar el ciclo económico. Para Minsky las crisis financieras son hechos recurrentes y no solo accidentales. Así mantiene que “La tendencia a transformar la estabilidad en un crecimiento excesivo y especulativo de la inversión es la inestabilidad básica de una economía capitalista” (Minsky, 1985, p.104 y107).La conclusión de Minsky es que “Para evitar y corregir la fragilidad financiera de las economías de mercado actuales debe establecerse una buena sociedad financiera en la que se limite la tendencia de los empresarios y banqueros a emprender actividades financieras de especulación“. El sistema financiero es para Minsky frágil, inestable y propenso a la crisis
b). Factores explicativos de las crisis: reales y financieros
El origen de los ciclos y las crisis económicas se explican con dos diferentes aproximaciones teóricas.
En la primera, las crisis se derivan de ciclos económicos provocados por factores reales, como son las innovaciones derivadas del progreso tecnológico que eleva la productividad total de los factores y que cuando el proceso innovador se agota, detiene su crecimiento y acaba provocando la fase recesiva del ciclo.
En la segunda los ciclos pueden generarse también por factores monetarios o financieros , como una política monetaria expansiva reduce los tipos de interés y genera una financiación abundante durante un largo período de tiempo.
c). Casos representativos: La burbuja de los tulipanes de 1640, la Gran Depresión de 1929, la crisis de 1973
A lo largo de historia económica de la humanidad se han producido numerosas crisis económicas y en las economías capitalistas de los países desarrollados, desde el siglo XVII, se han originado por factores financieros o reales, en algunos casos como consecuencia de la explosión de una burbuja, como en el caso de los tulipanes en Holanda, en otros se iniciaron con una crisis financiera y bancario que acabó trasladándose sector real de la economía, como la Gran Depresión de 1929 y en otros casos la crisis de inició en el sector real como la de 1973 iniciada con la subida de los precios de la energía que provocó un shock de oferta que desequilibró las balanzas de pagos de los países importadores de petróleo y arrasó sectores productivos completos de los países industrializados.
Algunas de las numerosas crisis financieras de la historia terminaron en largos períodos de depresión o estancamiento económico, como sucedió en el caso de los tulipanes en Holanda en 1640 que constituye uno de los casos clásicos de burbuja. Siendo esta la primera de las grandes explosiones especuladoras de la historia.
El objeto de la especulación fueron los bulbos de los tulipanes y la fiebre inversora se adueñó de toda Holanda, personas de toda condición liquidaban sus propiedades e invertían lo obtenido en flores.
El derrumbe del precio de los tulipanes y la ruina de los compradores, muchos de ellos con compras apalancadas, provocó una larga depresión en los años siguientes en la economía holandesa.
En 1929 existía la creencia generalizada de que había una burbuja en la bolsa norteamericana y los intentos de desactivarla por parte de la Reserva Federal acabó provocando el crac de la bolsa, la crisis del sistema financiero y la depresión que se extendió por todas las economías del mundo en los años posteriores y no terminó de extenderse y ampliar sus efectos reales hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
La Gran Depresión justificó la modificación de todo el sistema financiero con la creación de la Comisión del Mercado de Valores, el seguro de depósitos, la separación de la banca comercial y de inversión, la limitación de la expansión bancaria y la regulación de los tipos de interés.
Esta nueva ordenación del sistema financiero se mantuvo hasta principios de los años setenta del siglo veinte, cuando se inicia la desregulación financiera que se fue transformando en liberalización, internacionalización y a partir de los años noventa se consolida como globalización de todos los sistemas financieros del mundo.
La crisis económica de 1973 no fue consecuencia de una burbuja sino de un fortísimo shock de oferta, consecuencia de una enorme subida de los precios del petróleo. En este caso los factores reales, el encarecimiento de un factor de la producción fundamental, y dada la elevada dependencia energética de los países industrializados, se tradujo en una elevación de los costes de producción que alteró los equilibrios de todos los mercados de bienes y servicios, provocando un ciclo recesivo en la economía real que aumentó el paro de forma generalizada en todos los países.
En España, su coincidencia con el período de la transición política, hizo que el gobierno pretendiese no trasladar a los precios finales la enorme subida de los precios energéticos financiándolos con cargo al presupuesto del sector público que generalizó un déficit público creciente, cuya financiación elevó la inflación hasta niveles históricos y expulsó al sector privado de la financiación de sus actividades, esto acabó elevando el paro a tasas históricas y alargando el ciclo en su fase de recesión.
A partir de finales de los setenta con los Pactos de la Moncloa y la incorporación a Europa de la economía española hicieron posible la recuperación y expansión de la economía española.
IV. LA ESTABILIDAD ECONÓMICA COMO INSTRUMENTO DE ANÁLISIS DE LA CRISIS ECONÓMICA Y FINANCIERA INTERNACIONAL Y NACIONAL DEL SIGLO XXI
La primera crisis del siglo XXI estalla en los Estados Unidos como una crisis financiera y bancaria derivada del estallido de la burbuja creada en el sector de la construcción y amplificada por el enorme endeudamiento de la economía norteamericana financiada a través de un sistema financiero globalizado.
Esta crisis financiera se extiende por todos los sistemas financieros del mundo y acaba arrastrando a los sectores reales de las economías globalizadas.
Un instrumento para analizar la crisis lo constituye el concepto de estabilidad económica en su doble vertiente macro y microeconómica.
Desde una perspectiva agregada el logro de la estabilidad requiere el cumplimiento simultáneo de los equilibrios interno y externo de una economía nacional.
El equilibrio interno requiere para la estabilidad, el equilibrio presupuestario del sector público, la estabilidad de los precios, un nivel de empleo cercano al pleno y una tasa significativa de crecimiento económico que haga posible la creación de empleo.
El equilibrio exterior exige un ajuste de la balanza de pagos que mantenga compensada las subbalanzas fundamentales de la economía.
En la economía española, al igual que sucede en la norteamericana, las cuentas con el exterior registraron desde hace muchos años desequilibrios comerciales y por cuenta corriente que requieren de la financiación del resto del mundo a través de la cuenta financiera y ello se traduce en un endeudamiento exterior creciente que permita el exceso de gasto interior sobre la producción.
La crisis financiera internacional redujo intensamente los flujos financieros del exterior y la explosión de la burbuja inmobiliaria española produjo una desaceleración de la actividad económica, que ante la intensificación de la crisis internacional, se transformó rápidamente en crisis, y seguidamente en recesión.
El desequilibrio exterior y el derrumbe de la construcción, con un peso muy significativo en la economía española en su conjunto, arrastra la tasa de crecimiento económico, con tasas de variación negativas en los últimos trimestres y transforma el superávit presupuestario en un déficit por encima del permitido por la Unión Europea y que crece de forma acelerada, la recesión económico reduce la ocupación y eleva la tasa de paro a niveles históricos. La recesión es tan rápida e intensa que los precios que creían por encima de los del núcleo central europeo, registran tasas de variación negativas y nos acerca a la deflación, como consecuencia de la elevada reducción del consumo y la caída de la inversión.
Desde una perspectiva macroeconómica, la estabilidad económica requiere un equilibrio en la secuencia entre la eficiencia económica, la productividad, la rentabilidad económica y financiera y la competitividad de las empresas, que hagan posible la permanencia en el tiempo de los equilibrios macroeconómicos basando su fundamentación en los macroeconómicos.
El ciclo económico ha pasado de la larga expansión de más de una década a la crisis del presente, sin embargo la evolución de las variables de los equilibrios externos e internos ponían ya de manifiesto las debilidades de la última etapa de expansión y las elevadas probabilidades de cambio de ciclo de forma brusca e intensa y además acelerada al ampliarse con la extensión de la crisis financiera internacional.
Antonio Mora Sánchez es profesor de economía en el departamento de economía aplicada (estructura económica) de la Universidad de Málaga.
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Proceso de selección del trabajo:
Solicitado: 01 de enero de 2009
recibido: 22 de abril de 2009
c. Claridades.
Revista de filosofía
ISSN: 1989-3787